lunes, 23 de mayo de 2011


tu figura chorrea la pared que mide el metro de un sinfín de acuarelas que opacan a la aguja que pincha y sangra.
el metro que mide, que es tapado por la fuerza que mueve y deja de ser cuando la mano arrasadora lleva, arrastra, empuja al viento y destruye.
el viento que descompone, no es màs que la imagen del espejo vista desde abajo, que empuja a los seres al sin fin, de lo eterno y la repetición
                                                                                repetición
                                                                                          y Dante dirige

y es asì como nos movemos,
nuestros cuerpos rodeando
esa hierba
entre el agua

y es asì como al probarlo, nos sumerge
en un cielo
atormentador
de colores vivos
que nos llevan,
               nos atrapan
                         nos esculpen

y es asì como formamos esa masa
amorfa
esperando ser
          para seguir el rumbo

esa hierba
      entre el agua

el perro rabioso
muerde y marca
  la rabia espuma
fluye y la costa
herida   por
                 pisadas


la costa, la arena
llora
la espuma del perro
es la làgrima

la arena la costa
yace herida
moribunda
grita ayuda pide peligro

llora  la espuma
 es rabia
    es mar

que se caiga el cielo
la lluvia se inunde
el agua

que se caiga del suelo
el cielo transparente
me lleve me traspase


que el cielo derretido
ante mi perezca

me elevo

             floto

                         descomponièndome
              

la gota
ahora es el cielo

tiro un àrbol corto una pluma de hierro que llora la sangre brota la herida de luz del àrbol la rama se mezcla con la sonrisa del nene que justo
que justo pasa por la calle y ve al àrbol muerto que llora y la rama que es vena que es flor que a su vez no es porque
justo
el nene que pasa y mira y ve y escucha y oye y en su cabeza imagina y piensa y recorre sin parar la idea que el àrbol, ese àrbol se caiga y destruya a todo
el imperio de hormigas.